Un auténtico ángel en una sesión newborn…
Encontrar un ángel en una sesión newborn suele ser fácil porque las personitas a las que fotografío, realmente no pueden ser más angelicales. Pero en esta ocasión en concreto, me refiero a otra cosa… He visto un ángel delante de mi, por un breve instante y pude hacerle una foto.
En mi trabajo, suelo tener todo muy planificado, sobre todo cuando se trata de hacer fotos de recién nacidos. Sin embargo, de vez en cuando ocurren cosas como ésta que os voy a contar, cuando me encontré con un ángel delante de mis propios ojos.
Yo soy de esas personas que no se cierran a nuevos desafios, es más la verdad es que me gustan. Y en esta ocasión fué lo que ocurrió. Mi planificación se vió modificada desde el momento en el que la familia entro por la puerta. Me pidieron una sesión más natural y acepté el desafío. Y como consecuencia, hubo muchos momentos espontáneos que han dado lugar a piezas fotográficas únicas de las que realmente me siento orgulloso.
La naturalidad y la complicidad dieron paso a algo mágico y creativo como pocas veces tuve la oportunidad de fotografiar en el estudio. De repente, delante de mi objetivo, surgieron momentos maravillosos que no estaban previstos ni planificados. Y que se convirtieron, para mi al menos, en auténticas obras de arte. Con un significado propio, que trasciende más allá de las fotos de recién nacido que se hacen habitualmente.
Fotos espontaneas, pero incluso más bonitas que las habituales…
Esta foto que te enseño hoy, fué fruto del amor y delicadeza de una madre por su hija y de una evolución lógica de acontecimientos durante una sesión fotográfica, en Barrigochas.
Yo, le había pedido a la mami, que sujetase a su niña con las dos manos, en su barriguita, para que ambas se sintiesen seguras, con la idea de obtener una foto de la niña, apoyada piel con piel, en la barriga de la madre.
Una vez que la niña estuviese tranquila, poco a poco, habría que soltarla para poder verla mejor, sin estar tapada con las manos.
Primero, le pedí a la mami que retirase una mano. Y por último, le pedí que moviese la que todavía se vé en la foto y, fué en ese preciso instante, cuando me hice consciente, de que iba a tener justo enfrente a un ángel en una sesión newborn.
Al irse levantando la segunda mano, sobre la espalda de la niña, surgió la foto que véis. Apenas duró una décima de segundo ese instante, pero fué suficiente para inmortalizar un recuerdo, realmente, único y especial.
No quise hacer repeticiones, ni intentar mejorar la foto. De alguna manera, quería conservar la pureza y esencia de la fotografía que hacía en mis inicios, aquella, en la que me dejaba seducir por la belleza de lo imprevisto, saliendo a buscar fotografías espontáneas a la calle o a la naturaleza, trabajando con carrete, y con un único disparo para inmortalizar el momento.
¿Cuál prefieres tú?
A continuación, te muestro la foto que si que estaba buscando, como muestra de la diferencia entre lo inesperado y lo planificado, entre lo casual y lo provocado, sin desmerecer la segunda foto, hay que reconocer que la foto del ángel tiene algo más que aportar.
Espero que disfrutes tanto de este momento, que quedó reflejado para siempre, como lo hago yo cada vez que miro esta fotografía.
Dicho esto, si todavía estás leyendo, solo me queda invitarte, si te gusta el trabajo que hago, a visitar la sección de contacto para hablar conmigo, o consultarme tus dudas.
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